Comando Central (COCE)
Trump ejerce como emperador y amenaza con aranceles, para someter aún más a los países periféricos del imperio y que como vasallos suyos, trabajen por la prosperidad de la metrópoli; nueva forma de hegemonía, con la que buscan reemplazar al fallido capitalismo neoliberal.
La soberanía popular dejó de existir en las llamadas democracias del occidente capitalista, al dejar de existir la libre formación de la opinión y de la voluntad popular, que son prefabricadas por la maquinaria mediática, propiedad de las agencias del capital financiero. La voluntad política popular para determinar las líneas de desarrollo de la economía y de la sociedad, la reemplazan por los intereses impuestos desde la fuerza del poder económico. Entonces, ¿de qué sirve que el pueblo gane unas elecciones y llegue al gobierno?
La globalización neoliberal como régimen internacional hegemónico subordinó a los Estados-nación, a través del Banco Mundial (BM) y del Fondo Monetario Internacional (FMI), imponiéndoles políticas de dominio de Estados Unidos, que los mantiene en déficit crónico de balanza de pagos y comercial, hasta convertirlos en países inviables, debido al peso aplastante de la Deuda Externa; obligándolos a entregar a inversores extranjeros sus bienes naturales e infraestructura pública; exacerbando la desigualdad social y fortaleciendo las oligarquías como agentes del imperio, en reemplazo del control y la representación democrática. Entonces, ¿a dónde fue a parar la soberanía nacional?
Al agotarse el orden neoliberal, el capitalismo entra en una crisis de dominación, por esto tratan de consolidar un imperio en el que los vasallos tengan que consumir sus productos y en donde la acumulación de capital la hacen con la guerra. Por esto Trump manda desde la metrópoli, para que los demás países le cumplan como colonias.
La autodeterminación nacional es una reivindicación democrática, la dignidad y la soberanía nacional son derechos que se conquistarán con la movilización y la lucha de la mayoría de la sociedad, enfrentando la visión retrógrada de la plutocracia del imperio, que persigue devolvernos al estado colonial, por esto, es imperativo luchar por la segunda y definitiva independencia.