Hoy 4 de Julio de 2023 se conmemora 59 años de lucha armada, insurgente y popular, nos acercamos a cumplir seis décadas de resistencia junto al pueblo. Son muchos recuerdos y vivencias que se tejen en estos 59 años de lucha, miles de historias de hombres y mujeres que entregaron su vida por este sueño libertario. Una historia construida con el valor y el arrojo de Elenos que entregaron sus mejores energías, sus mejores esfuerzos por construir un sueño colectivo llamado Socialismo.
Hoy suena el eco del llamado a renunciar a nuestros ideales, a claudicar a nuestros principios, nuestros ideales, los falsos profetas anuncian el fin de las ideologías, quieren de un solo pincelazo borrar lo que ha costado años de resistencia y lucha, pero que tan alejados de la realidad están. La Utopía sigue moviendo nuestros corazones, somos hijos del pueblo y a él nos debemos, no serán aquellos políticos o intelectuales acomodados en el sistema quienes nos digan que debemos hacer o no, es el pueblo en su sabiduría, en su amor infinito y fraterno, quien señala nuestro norte, el campesino desplazado de su tierra, masacrado, el indígena despojado de su cultura, el negro esclavizado, la mujer subyugada y violentada en una cultura patriarcal y machista, los niños sin niñez que perdieron su inocencia frente a la bota criminal del Estado.
¿Muchos se preguntan porque seguimos en armas? y la respuesta es simple y sencilla; las razones que nos llevaron a tomar las armas aún persisten, la violencia política, la desigualdad, el desgobierno, el maltrato al obrero, estudiante, campesino, la injusticia social, la violación de derechos humanos, y la perdida de la soberanía nacional. Durante estos 59 años de lucha hemos visto pasar uno a uno los gobiernos de turno, sus falsas promesas de paz, el ruido de sus armas, la amenaza de aniquilarnos, el estruendo de sus bombas, el ametrallamiento de sus armas, acá seguimos los Elenos más curtidos y recios, no comemos cuento, ni carreta burguesa.
La lucha armada, el empleo de nuestras armas es un medio radical pero necesario que nos ha servido de insumo en la búsqueda de construir un país, un continente, un mundo para todos y todas, y que ha inspirado a varias generaciones de hombres y mujeres a mantener las banderas de liberación. Nuestras armas no son un fin en sí mismo frente un deseo caprichoso de una guerra infinita, son un recurso necesario que protege la vida de nuestro pueblo, ante la barbarie de un estado sordo y asesino que alimenta el odio de unas fuerzas militares y para estatales que equivocada y ciegamente obedecen las órdenes del poderoso sentado en sus lujosas mansiones.
Los primeros Elenos en la década de los años 60 comprendieron que las transformaciones del país eran imposibles de conseguir por la vía pacífica, derrocar la tiranía en el poder, no iba sería una tarea sencilla, la historia de Colombia está hecha con la sangre de revolucionarios que entregaron su vida por un anhelo de paz, hicieron el sacrificio más preciado que un humano puede hacer para lograr las verdaderas transformaciones que necesita el país y entregaron su vida por ese amor infinito al pueblo. Todos esos revolucionarios no han muerto en vano, ningún hombre o mujer que muere por construir un mundo mejor quedará perdido en los anaqueles de la historia, podrán quitarnos nuestras vidas, pero jamás podrán quitarnos nuestros ideales. Toda guerra es inhumana, pero ni las mayores atrocidades en el campo de batalla nos han desnaturalizado, creemos firmemente en la Paz y por eso hoy estamos sentados con el gobierno nacional en una mesa de dialogo, respetamos y reconocemos al contradictor político, tenemos la capacidad de construir una nación incluyente, de igualdad para todos, del respeto a las ideas, para nosotros la paz jamás significará dejación de armas o un puesto burocrático en una entidad del gobierno, la Paz siempre debe ir encaminada en aliviar los sufrimientos y necesidades de las comunidades.
Al calor de la lucha caminamos firmes los Elenos, forjamos una organización sólida que no le cree a las ideologías de turno que llaman a la desmovilización de nuestros ideales, estamos preparados para enfrentar a los poderosos y sus ejércitos, marchamos bajo nuestros principios y bases ideológicas, vamos de la mano del movimiento social y popular, nuestros métodos de lucha transforman realidades, donde un Eleno o Elena ponga su pie firme, hay esperanza, hay transformación social. Aquí estamos, nuestra piel es roja y negra, aún retumban en las selvas chocoanas la risa calidad, la mirada penetrante, el amor infinito al pueblo de nuestro comandante Fabián, los ojos furtivos, el tesón y espíritu de sacrificio de la pequeña gigante llamada Antonia, el corazón artístico del viajero Alejandro que recorrió pueblos, montañas y ciudades llevando un mensaje de revolución, la grandeza y fortaleza de Richard, la humildad y sencillez de Franklin, y de tantos militantes del Frente de Guerra Occidental que ofrendaron su vida en la consigna Nupalom.
Estamos viviendo tiempos difíciles en un mundo unipolar y hegemónico, enfrentamos un poderoso enemigo con sofisticada tecnología, un poder económico y político sustentado en la mentira, el egoísmo y la hipocresía. Pero los Elenos no estamos solos en esta lucha, nos acompaña un pueblo indomable que padece la pobreza, la miseria, al que explotan y saquean sin cuartel, y a pesar de todo sigue digno y firme. Como revolucionarios no podemos ser inferiores a su ejemplo y valentía, cada Eleno, cada Elena posee un capital humano inigualable que debe estar al servicio de los oprimidos, no importan los sacrificios, hoy debemos luchar con audacia e inteligencia, debemos potenciar la solidaridad, el altruismo, la mística, el heroísmo, que el ideario ético guie nuestras acciones, nuestra convicción profunda, no existe en el mundo una fuerza capaz que aplastar nuestros ideales y principios. Esta nueva generación de revolucionarios que hacen parte del Frente de Guerra Occidental también son parte del pueblo combatiente, debemos unir fuerzas con las masas, mantener la lucha constante por la libertad, la igualdad, la protección de la vida y la defensa del territorio, el derecho a vivir y morir de manera libre, digna e independiente y no tener que estar sometidos al capricho y los intereses individualistas del Capitalismo.
Sea hoy 4 de Julio, un homenaje para ustedes, pueblo colombiano; campesinos, indígenas, obreros, estudiantes, afrodescendientes, raizales, lideres y lideresas sociales, jóvenes, niños, ancianos, nuestro respeto absoluto y admiración total, son ustedes nuestra razón de ser, sin su apoyo no habría sido posible estos años de resistencia. A nuestros hombres y mujeres, combatientes y militantes, a nuestros presos políticos que resisten en las mazmorras enemigas, gracias por su tesón y vocación de sacrifico, por mantener vivas las banderas del ELN, por empuñar las armas que defienden la nación y continuar el legado de aquellos 16 guerrilleros que hicieron la primera marcha en Simacota, hoy somos una fuerza inconmensurable que no podrán detener jamás.
Montañas del Occidente Colombiano
Frente de Guerra Occidental Omar Gómez,
Todos Somos Fabián