El Gobierno de Petro, apenas transcurrida la mitad de su administración se entregó en los brazos del viejo régimen oligárquico, traicionando el Mandato de cambios que dijo asumir cuando las fuerzas del Estallido Social de 2021 lo respaldaron para llegar a la presidencia.
Es cierto que el imperialismo norteamericano y la rancia oligarquía se oponen a que haya reformas democráticas, pero no menos cierto es que Petro se buscó aliados entre los políticos más corruptos que hay en el país, los que fueron bloqueando las posibilidades de que el Gobierno progresista logre los cambios, que prometió a las fuerzas populares que lo apoyaron para ganar las elecciones de 2022. El resultado buscado por la oligarquía es trágico, es sembrar en la opinión este mensaje: el progresismo no da resultados, por lo tanto, las fuerzas de la oligarquía deben volver a gobernar en 2026.
La presentación en sociedad de esta operación política la están denominando Acuerdo Nacional para la alternancia en el Gobierno, que significa que unas fuerzas oligárquicas permiten que Petro culmine su mandato, pero el progresismo las apoya para retornar al Gobierno en 2026. La reciente elección del Procurador General es un producto de esta alianza, que entrega este ente de control a una ficha del expresidente Santos, experimentado en maniobras corruptas mientras ejerció como Secretario del Congreso.
Los pasos de animal grande se sentirán cuando esta alianza oligárquico-progresista, anuncie que está preparando una Ley de punto final o de borrón y cuenta nueva, que garantice impunidad a los determinadores del genocidio, la que sepultaría bajo tierra los derechos de millones de víctimas. Otro objetivo de esta alianza, es proseguir con los planes de pacificación que cumple la estrategia trazada por el imperio; por esto, buscan hacer naufragar la propuesta de paz con transformaciones, que firmó este Gobierno con el ELN en la Mesa de Diálogos, y por esto el Gobierno de Petro incumple los acuerdos firmados, para provocar el congelamiento de este proceso que busca la solución política del conflicto.
Los que votaron por Petro esperaban que su Gobierno hiciera ruptura con el viejo régimen oligárquico, pero la realidad está demostrando lo contrario, porque se está sumando al orden de injusticia y de subordinación a EEUU que impera en Colombia; Petro en vez de echar las bases para instaurar un régimen democrático y soberano, se ha dado a la tarea de remozar al viejo régimen.