EDITORIAL
EL CÓCTEL PERFECTO: CORRUPCIÓN Y MILITARIZACIÓN.
Para el día 18 de marzo de 2025 fue citado en audiencia de formulación de imputación y medida de aseguramiento el exalcalde del municipio de Condoto Yeferson Lozano Mosquera, quien deberá responder por los delitos de contratos sin los requisitos de cumplimientos legales y prevaricato por acción.
Los hechos por los cuales se investiga están relacionados con la construcción de los acueductos y alcantarillados para las comunidades de dicho municipio que tuvieron un costo de 9 mil millones de pesos.
Estos dineros fueron aprobados en el OCAD PAZ (2020-2023), como parte de la implementación de los acuerdos de paz con las extintas Farc, pero que terminó siendo otro elefante blanco, donde las víctimas son los mismos a quienes se les niega derechos fundamentales para una vida digna.
Este caso se suma al ocurrido con dos exgobernadores del departamento: el primero, la condena contra Efrén Palacios Serna, quien fue sentenciado por la Corte Suprema de Justicia en el mes de febrero, por los delitos de peculado por apropiación y contratación sin cumplimiento de requisitos legales.
El segundo fue la detención en Medellín de Modesto Serna Córdoba por orden de la Corte Suprema de Justicia (6 de febrero) al confirmarle una condena de 7 años y 6 meses de prisión por los delitos de peculado por apropiación, prevaricato por acción y fraude procesal. Lo aberrante es que esta persona solo fue gobernador encargado por tres días.
La corrupción en el Chocó es endémica y causa indignación que este tipo de prácticas normalizadas en las actuaciones de los funcionarios públicos o de representación electoral sigan arrastrando a los sectores más empobrecidos a vivir en condiciones de miseria y marginalidad.
Por otro lado, la militarización institucional y paraestatal en el departamento continúa; la gobernación anunció la llegada de 80 patrulleros de la Policía, siete investigadores del Gaula, además esperan el arribo de 30 policías del GOES (Grupos Operativos Especiales de Seguridad) y 10 miembros del Emcar (Escuadrones Móviles de Carabineros).
Lo anterior se suma a los 340 miembros de la fuerza pública enviados a la subregión del San Juan, la base militar instalada en el corregimiento de Puerto Murillo y el recambio de soldados del ejército en el corregimiento de Negría por 100 paramilitares del Clan del Golfo.
La larga carrera militarista del estado es un reflejo de su vocación represiva materializada en un sinnúmero de violaciones a los derechos humanos que van desde el exterminio político hasta los falsos positivos del gobierno Uribe.
La estrategia de seguridad implementada en los territorios se legitima en el discurso impostado sobre el incremento de la violencia, la inseguridad y las disputas territoriales por el control de economías ilícitas o el narcotráfico entre actores ilegales.
Lo que realmente se oculta es que la institucionalidad en el departamento está cooptada por clanes políticos de tradición familiar, que se reparten la gobernabilidad en los entes administrativos al mejor estilo del frente nacional, apoyados por bandas criminales del narcotráfico, hoy denominadas Clan del Golfo.
Con este peligroso cóctel de políticos corruptos, clientelismo y burocracia, que opera bajo la protección de las fuerzas represivas estatales y mercenarios paraestatales, pretenden exterminar minorías étnicas ubicadas en sitios de importancia económica, destruir procesos sociales de resistencia contra el extractivismo y el asesinato de los liderazgos sociales.
El más reciente asesinato a manos del paramilitarismo fue el de Lorenzo Rentería Arboleda, un reconocido líder social, presidente del Consejo Comunitario Menor Mojaudó y líder del movimiento Puro Corazón por Juradó, quien fue secuestrado y posteriormente encontrado sin vida.
Es momento de mirar más allá de la vía electoral y el maquillaje reformista del estado. Las banderas del estallido social no pertenecen a políticos caudillistas o a un determinado movimiento político; las transformaciones estructurales del país requieren del concurso de todas las fuerzas sociales y populares.
Montañas del occidente colombiano
Frente de Guerra Occidental Ogli Padilla
¡Comandante Fabián, venceremos!