“En una revolución se triunfa o se muere si es verdadera”...

                                                                    Ernesto Che Guevara

 

 

En esta ocasión nos toca una vez más escribir sobre el inclaudicable ejemplo de los compañeros caídos en la lucha, tarea no fácil por todos los lazos de amistad, compromiso, compañerismo, hermandad y entrega, entre otros valores, que logramos construir los Elenos.

 

Estos hombres y mujeres quienes con valor y valentía ofrendaron sus vidas a cambio de que las generaciones futuras del pueblo colombiano, vivan en condiciones dignas y disfrutando de todas las bondades de una patria socialista.

 

Hoy les hablaremos del compañero Eliseo, nombre que adquirió en la vida clandestina y militando en las filas del Ejército de Liberación Nacional; José Quintero como lo registraron sus padres, era su nombre antes de ser guerrillero.

 

Eliseo fue hijo de campesinos, oriundos del departamento de Córdoba, quienes posteriormente se trasladaron al Urabá antioqueño; donde trabajaron por mucho tiempo en las plantaciones agrícolas de esta región. Después de un largo tiempo pasaron a la región del Urabá chocoano, donde se dedicaron a la agricultura y pequeña ganadería. Eliseo era enamorado de los caballos, la ganadería y conocía con propiedad este arte, fue un buen domador, a la par de estas labores cotidianas, le fascinaba escuchar las rancheras de Antonio Aguilar.

 

Se vincula al ELN  a principios del año 1996, sobre la región del municipio de Bajirá, que para ese entonces era un corregimiento de Rio Sucio Chocó, su vinculación se da a la estructura guerrillera Manuel Hernández El Boche. Para el año de 1998 es trasladado a la compañía Néstor Tulio Durán, en el año 2001 fue cooptado para conformar algunos equipos especializados del Frente de Guerra y por último en el año 2009 asume la responsabilidad política del frente guerrillero Cacique Calarcá.

 

El Che decía; “me das un hombre bueno y hare de él, un gran revolucionario”. Los Elenos decimos; ese hombre es buena madera no es balso, refiriéndonos a sus cualidades, valores y compromiso revolucionario; sin temor a equivocarnos este hombre del que hoy les hablamos, fue un roble y por ende hicimos de él, un gran revolucionario.

 

Desde muy joven en la vida guerrillera se destacó por ser trabajador, honrado, solidario y de un gran amor por el pueblo. Esto le permitió asumir responsabilidades en la compañía Néstor Tulio Durán, en los talleres de sastrería, mecánica, artillería y en proyectos de economía de guerra, hasta llegar a ser el responsable político del frente Cacique Calarcá, donde se destacó por su liderazgo.

 

Pero Eliseo también fue un gran capitán de guerra; podemos decir que recreo y alimento la guerra de guerrillas hasta su último aliento de vida, ya que a pesar de estar herido producto de un bombardeo, se enfrentó a los militares mercenarios en condiciones desiguales, causándoles tres bajas, hasta que definitivamente apagaron su vida el día 10 de agosto de 2012 siendo las 7 de la mañana, sobre la región del rio Colorado, jurisdicción del municipio de Tadó, departamento de Chocó.

 

En ocasiones anteriores, este aguerrido compañero enfrento al enemigo acompañado solo de otro compañero, causando numerosas bajas al enemigo, de igual forma nos deja sus testimonios, los innumerables combates a los que asistió de manera exitosa; en los departamentos del Chocó, Antioquia, Risaralda, entre otros.

 

Pero hoy los hombres y mujeres del glorioso ELN seguimos su ideario como revolucionarios, recorremos la misma senda dispuestos a asumir los riesgos que sean necesarios, siempre haciendo revolución, siempre haciendo gala de dignidad; como nos los enseñaron los héroes de Anorí, Camilo y otros tantos revolucionarios, porque esta revolución del pueblo colombiano es verdadera, tan verdadera que nos acercamos a los 60 años de lucha.

 

Hoy el compromiso de los que continuamos con la lucha guerrillera es hasta vencer o morir, compañeros y compañeras tenemos la titánica tarea de hacer lo correcto, este es el mejor homenaje a nuestros compañeros caídos, sabemos que no es fácil, pero nos debe convocar el pensamiento crítico y auto crítico para reconocer nuestras falencias y corregirlas.  La consigna debe ser, necesitamos capitanes al frente de la batalla; no más homenajes a capitanes.

 

Se equivoca la oligarquía colombiana si cree que quitándonos nuestras vidas la revolución no continuará; al contrario hoy muchos hombres y mujeres se levantan con rebeldía, con el ímpetu que siempre ha caracterizado la lucha de nuestro pueblo, bajo el camino recorrido de nuestros héroes, hijos e hijas de esta empobrecida Colombia.

 

Como pueblo guerrero hemos enfrentado a través de distintas formas de lucha al terrorismo de estado; la tortura, el hambre, las balas, los bombardeos, el destierro y demás artimañas aplicadas a manera de escarnio público, en esta guerra contra los enemigos del pueblo.

 

Hoy nos reafirmamos, que no seremos inferiores a las enseñanzas y entrega de nuestros mártires; a ellos, ante sus tumbas, les juramos continuar la confrontación hasta vencer a nuestro enemigo. Porque la historia lo ha demostrado que un pueblo decidido, es un pueblo triunfante.

 

Comandante Fabián.

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